Altamente Sensible: ¿comparas o conectas?

Tienes que ser más fuerte, eso de preocuparte por los demás no te sirve para nada. Si no miras por ti, nunca llegarás a tener un trabajo importante con un sueldo que te permita tener casa y coche. La gente es mala y, ya lo dijo Darwin, solamente los más fuertes triunfarán“.

Hace unos días escuché estas palabras. Un padre regañó a su hijo porque en un partido de fútbol se había parado para ayudar a un compañero que se había caído. El niño tiene nueve años. El padre no se cortó ni un pelo y prosiguió hablándole -bueno, chillándole- a su retoño burradas del tipo “Messi tampoco se hubiera parado” y “tienes un compromiso(¡¿un niño de nueve años sabe que es eso?! ) con tu club” y ya no recuerdo que más. Supongo que estáis de acuerdo conmigo si digo que esto es una forma de maltrato. El niño, no sé si es PAS, podría serlo y podría no serlo. En el fondo no es relevante. Lo que sí es relevante es el hecho de que este padre, que posiblemente haya querido ser él mismo un conocido futbolista y que está transmitiendo sus propias frustraciones a su hijo en lugar de ayudarle a ser “mejor” persona, lo que está haciendo es matar su alma infantil, su instinto más noble y, además, fomentando una baja autoestima.

Si tu, como PAS, has escuchado este tipo de comentarios en tu infancia, es posible que te hayas quedado con una buena cantidad de creencias erróneas y la autoestimadañada. Para un niño pequeño es más importante aprender que ayudar es positivo, que aprender que tener un sueldo decente y digno es importante, pero es que lo más importante es ser una buena persona: correcta, justa y honrada. No vale pisar a otros, dejarles sufrir para, trepando, conseguir una plaza por las malas.

Cambiaría el discurso del padre a la versión siguiente: “Hijo mío, ¡estoy orgulloso de ti! El corazón me ha dado un vuelco de alegría cuando he visto como, al caerse Xisco, en seguida te has parado a ayudarle. ¡Eres muy fuerte! La verdadera fuerza se ve en las personas que, a veces yendo contra corriente, sienten esa llamada interior de hacer lo correcto y lo justo, como tú has hecho. El fútbol es solo un juego, pero es un juego de equipo en el que todos tienen que apoyar a todos, y especialmente a aquellos que, por lo que sea, no son capaces de seguir el ritmo. Y tú has hecho eso. Más importante que ganar es ser un buen compañero y ser buena persona“.

En su libro The undervalued self (lo siento no está traducido) Elaine Aron nos habla de la baja autoestima en las PAS y de la diferencia entre comparar y conectar. Si nos comparamos con los demás (o si tus padres te comparan o te han comparado con otros niños) vemos como raras veces nos comparamos con personas que son, por ejemplo, más sensibles que nosotros; el caso es que nos solemos fijar en y comparar con aquellos que son más “fuertes“, más duros, más “exitosos“, más populares, más rápidos y, evidentemente, menos sensibles. Vemos supuestas cualidades en otras personas que hacen que nos sintamos “pequeños”, y que pensemos que no damos la talla. Muchas veces elegimos modelos extremos y con comportamientos que para una PAS son imposibles de emular. No podemos porque nuestra fuerza es otra, porque nuestras cualidades son otras. Desde luego es muy sano que un niño pequeño tenga un “héroe” al que admira por sus cualidades nobles, claro que sí; pero esto no quiere decir que el fin justifique los medios para llegar a “ser Messi”, dejando tirado a un compañero que se cayó y que siente dolor.

El padre del niño del ejemplo vive desde una actitud de “comparar” mientras que el niño vive desde el “conectar“.  “Comparar”, y especialmente si eres PAS, suele fomentar la baja autoestima, mientras que “conectar” nos hace ver que cada persona vale la pena por lo que es, por su Ser único, por lo que aporta a los demás, al mundo, siendo como es. Conectar hace que valoremos las diferencias, mientras que comparar en el sentido del ejemplo puede matarlas. Cada uno es importante, y aunque, como PAS, no buscamos ni aportamos lo que la gran masa busca o aporta (recuerda que las PAS representamos un 20% de la población en general) esto no quiere decir que tengamos que aspirar a ser como los demás, ¡No! Quiere decir que lo que aportamos por ser como somos es importante y valioso, quiere decir que la diversidad enriquece y complementa. Quiere decir que nuestro ser diferente es una valiosa aportación en sí. ¿O realmente te gustaría vivir en un mundo de robots y de clones?

Cuando conectas no juzgas. Comparar muchas veces conlleva juicios, miedos y sentimientos de inseguridad, puede fomentar la baja autoestima y, también, puede disparar una competitividad que impide abrazar a la otra persona que no es como tú. Si comparas para darte cuenta que eres diferente, no pasa nada, pero luego es importante acoger a la otra persona por tener otras cualidades que tú no tienes. No es mejor o peor que tú. Es. ES. De la misma manera que tú también ERES. Juntos nos complementamos conectando.

Es importante tomar consciencia de tus cualidades de PAS, de valorarlas para poder llevarlas con certeza interior y con orgullo. Repito: la diversidad enriquece y complementa. No somos mejores que las no-PAS, no somos peores; somos diferentes y tenemos mucho que ofrecer. Conectando, siempre conectando.

Esto es lo que puedes hacer para entender mejor los conceptos de comparar y de conectar: Haz una lista de las personas, de esa gente especial que te hacer sentir mejor; haz otra lista con personas que te hacen sentir mal. Si miras la gente de la primera lista, fijo que con ellas conectas. Si luego miras a la gente que has puesto en la segunda lista, casi seguro que con ellas tienes una relación en la que continuamente estás comparándote, incluso cuando se trata de una relación supuestamente amorosa.

 

La sensibilidad, lejos de limitarte, te puede proporcionar las alas que te permiten vivir tu vida plenamente. 

Si quieres saber todo sobre el rasgo para poder descubrir de que manera se manifiesta en tu ser, si buscas herramientas, ideas y consejos, te recomiendo mi último libro: Personas altamente sensibles.
 
 Recomendado por Elaine Aron

«Este libro es científicamente correcto a la vez que fácil de leer, y proporciona una introducción detallada del rasgo de la alta sensibilidad. Presenta tanto explicaciones claras como sugerencia fáciles de poner en práctica para prosperar en un mundo menos sensible. Si eres altamente sensible y desconoces el rasgo, este libro cambiará tu vida». Elaine Aron

14 comentarios

  • by Cris, post on | Reply

    Que bello tu escrito

  • by Paola Rojas, post on | Reply

    Muchas gracias por el texto!
    Acabo de darme cuenta que soy una PAS. No tenía conciencia de ello y ahora todo cambia, tengo totalmente otra visión ! Y empiezo a reconocer mis debilidades y fortalezas. Abrazos

  • by kari, post on | Reply

    Bella Karina..llevo dos años leyendo sobre las Pas y cada dia agradezco tu labor..mas que labor es una gran semilla para la Humanidad. Valoro tu coraje, tu distincion y tu delicadeza. Saludos desde Chile, cordialmente Kary Meneses

  • by marivir peña, post on | Reply

    Me edifica mucho leer tu articulo.. de verdad que gracias..

  • by Vanessa, post on | Reply

    Que bien tu comentario. Al leerli me he dado cuenta de algo. Justo estoy sintiendo una gran separación de mi familia. Al leerte he recordado a mi hermana mayor vestida de azul y a mi siempre de rosa!
    Gracias

  • by Vanessa, post on | Reply

    Que bien tu comentario. Al leerli me he dado cuenta de algo. Justo estoy sintiendo una gran separación de mi familia. Al leerte he recordado a mi hermana mayor vestida de azul y a mi siempre de rosa!
    Gracias

  • by Monica Durall, post on | Reply

    Gracias Karina por tu artículo.
    Y sí cómo cuesta que se acepte la diversidad cómo algo enriquecedor y no "amenazador".
    Cuando era pequeña mi madre nos vestía a las 3 hermanas pequeñas con el mismo vestido y color …y a mí me parecía anulador. Yo quería otro color, porque para mi representaba mi singularidad ,y mi madre y la costurera, me miraban con desespero después de discutir conmigo un buen rato y me decían:"Oh! que pena, que difícil que eres….con lo bien que quedaba que todas fueraís iguales" (!!!).
    Y para mí era lo contrario. Gracias a Dios, mi convicción y creencia en mi misma eran fuertes, pero al coste de sentirme marginada o excluida, no aceptada. Ahora cuando veo y oigo comentarios cómo los de este padre (me ocurrió parecido siendo mi hijo el padre y el niño mi nieto en un concurso de judo) se me encoje el corazón.
    Por favor Karina, puedes hacer un artículo sobre padres PAS con hijos no PAS, a mí me resulta muy doloroso,ver que no se entiende algo que yo creo tan "normal" cómo se comenta en tu artículo, un abrazo, Mònica Durall

  • by Bea Gurutzarri, post on | Reply

    Las comparaciones nos son introducidas en el cerebro. Creo que a todos , nuestros padres nos han puesto como ejemplo a algún hermano, primo o conocido, cuando hacíamos algo mal. Incluso como padres nos ponemos como ejemplo. Esto nos hace creer que para ser socialmente bien aceptado hay que llegar a ser como alguien que por supuesto no eres tú.
    El valor de la individualidad enriquecedora y colecctiva queda olvidado para acceder a unas metas que no son propias.
    Y valoramos a los demás como nos han enseñado. En función de la comparación que hacemos con lo que nos han inculcado que debe ser lo " normal" o lo mejor.
    Si respetáramos la individualidad como una riqueza personal y transferible, ni siquiera tendríamos que hablar de pas o no pas. Gracias Karina por esta reflexión tan importante. Un abrazo.

  • by Anabel Martín, post on | Reply

    Jo, me encanta! He vuelto a descubrir algo de lo que no era consciente.
    Muchísimas gracias :-)))
    Un beso!

  • by Anónimo, post on | Reply

    ¡Muchas gracias por el artículo! Es a veces doloroso cuando tus padres te dicen ciertas cosas de una manera que te afectan horriblemente y especialmente si eres un PAS que te llega aún más las críticas destructivas. ¡Saludos!

  • by Marta Vella, post on | Reply

    Querida Karina:

    Uno de tus mejores artículos, sin dudarlo!
    Como madre, como abuela y como profesora he asistido a muchas situaciones como la que describes y he visto en la mirada de los niños esa tristeza oculta que trae la incomprensión y el deseo de complacer al referente aún sabiendo en lo profundo la dificultad que ello supone.
    Mil gracias!!!! Cuando esté en facebook, lo compartiré para que seamos más y más quienes tomemos consciencia.
    Un abrazo!
    MARTA

  • by Sonsoles De Luis Moreno, post on | Reply

    Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

  • by Sonsoles De Luis Moreno, post on | Reply

    Gracias de nuevo por este artículo tan real como nuestras vidas

  • by Anónimo, post on | Reply

    Karina

    Sólo puedo dar las gracias por tu precioso y sano artículo.

    De pequeña mi padre menospreciaba mi sensibilidad y me ridiculizaba con la famosa frase de "eres de mantequilla de Soria", la cuál no entendía, pero sí el deje de infravaloración.

    Así aprendí a ponerme una coraza de "fuerte" la cuál ha resultado ser todo un desastre.

    Siempre he valorado a los que me rodean por sus cualidades humanas y no por sus logros, pero no he conseguido valorarme a mí bajo el mismo baremo. Seguiré intentándolo, junto con el 20% de la población mundial, lo cuál es muy animador.

    Un fuerte abrazo y gracias de tu nuevo por tu inspiración.

Leave a Reply

Your email address will not be published.