Encuesta alta sensibilidad en niños 6: Dificultades generales

En este artículo miramos las respuestas a la pregunta 9, que decía: ¿En cuales de los siguientes puntos ha tenido, o tiene dificultades su hija?

Aparte de ofrecer la posibilidad de marcar los diferentes ‘problemas’ mencionados por nosotros, los participantes tenían la posibilidad de añadir experiencias individuales. Incluimos en el artículo las respuestas a las siguientes preguntas de la encuesta (10 hasta 16) que trataban sobre las diferentes opciones (dificultades) mencionadas en la pregunta inicial.

Los problemas más importantes, o sea, temas que los educadores ven como difíciles o problemáticos en sus hijos con AS, son -con diferencia- los temas de los ataques de rabia o ‘simple’ rabietas (56%) por un lado, y el de ‘dormir(56,2%) por otro. Son temas amplios ya que son conceptos que abarcan mucho. Un ataque de rabia no es lo mismo que una rabieta, y depende del estado emocional y la experiencia educativa del observador (el educador) como lo percibe. Vemos como un 80,4% de los educadores indica que sus hijos expresan sus emociones de manera intensa, generalmente como berrinche o rabieta. Desde la propia experiencia como madre PAS sé que es posible percibir una rabieta causada por, por ejemplo, la frustración, como un ataque de rabia. Creo que quizás el verdadero problema de esta dificultad se encuentra en el hecho de que uno no sabe qué hacer con un niño que pierde el control sobre sus emociones, especialmente si tu, siendo el adulto PAS, posiblemente te sobreestimulas con el llanto, los gritos, la intensidad y la posible agresividad de tu peque. Soy la primera en admitirlo: no es nada fácil ver cómo tu hija, de un ser dulce y apacible, de un momento para otro se convierte en un especie de tirano en miniatura. ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer para que tu, adulto, no pierdas la calma?

En cuanto a los desencadenantes para las rabietas, el motivo más recurrente es la frustración, un verdadero problema en los niños de nuestros tiempos, tiempos en los que los niños aprenden muchas cosas, pero no siempre algo tan esencial como, por ejemplo, aceptar un simple ‘no’ sin protestar, o saber guardar la paciencia y esperar. Te puede pasar que, como educador con el mismo rasgo de tu hija, por estar cansado, estresado o sobreactivado, o por la ansiedad que la rabieta te genera, te cuesta imponerte, y marcar y mantener límites, con lo cual entráis en un bucle negativo.

El tema del sueño es todavía más complejo. Casi un 42% dice que a su hijo le cuesta ‘soltar’ el día, vamos, ‘conciliar el sueño’, mientras que un 31,5% de los peques suele despertarse varias veces por la noche, un 23% se despierta (muy) temprano, un 6,5% dice ver ‘espíritus’, un 45,4% teme la oscuridad, casi la mitad no quiere estar solo (46,7%), muchos sufren de pesadillas (30,2%) y a algo más que un cuarto de los niños (28,9%) les cuesta despedirse de los padres. Es un hecho que muchísimas personitas con alta sensibilidad tienen problemas con los tránsitos –cambiar un estado por otro- y no hay otro tránsito más intenso y marcado hasta dramático que el momento de cambiar el día con todas sus actividades y compañía, por la calma, la tranquilidad y la soledad de la noche. Es un cambio de –literalmente- día y noche o de la luz a la oscuridad. El tipo de dificultad que presenta tu niña a la hora de dormir depende un poco de su forma de ser en general, pero muchos de los problemas suelen desaparecer o disminuir con algún ritual para acompañar este tránsito (un 25% de los educadores indica que su hijo necesita un ritual exacto para ir a la cama), algo que puede empezar con, una hora o dos antes de irse a la cama (nunca cuando ya está en la cama, porque puede causar un exceso de preocupación en la peque), una conversación para repasar el día, siempre terminando con la pregunta: ¿Qué es lo que más te ha gustado del día de hoy? Digerir el día de esta manera le ayudará a colocar, a gestionar, el exceso de información que todavía quedaba ‘en el aire’ y que, si no es revisada antes, le puede mantener despierta y preocupada durante horas…

También vemos –y no sorprende– que el colegio es otra fuente importante de dificultades (41,3%), y aquí también existe una serie de puntos conflictivos comunes como pueden ser: un preocupante miedo a fallar (43,7%), el maestro no entiende el niño (31,4%), pensar demasiado antes de poder contestar con lo cual la maestro/la maestra excluye al niño o le trata como tonto, desconocimiento y no-aceptación del rasgo en el cole, aburrirse en clase (29,3%), al niño no le interesan los contenidos ofrecidos (22%), la incapacidad de poder conectar con compañeros (18%), no tener ganas de ir al cole (38%) y no querer despedirse de los padres. También son recurrentes dificultades como la incapacidad del niño de adaptarse al grupo y de ser aceptado por él, la concentración en las horas lectivas y la sobreestimulación en general, pero especialmente en el patio durante el recreo. El bullying, según los educadores, llega a ser un problema para 13,7% de los niños con alta sensibilidad. Un porcentaje que no deja de asustar. Casi 10% de los padres dice que en el cole de su niño piensan que el niño sufre TDAH, y un 3,4% nos hace saber que en el cole de su pequeño los profes piensan que el peque está en el espectro autista.

No todos los niños con alta sensibilidad son fáciles y flexibles a la hora de jugar con sus amigos: un 34% indica que su hijo experimente dificultades en este terreno. Tenemos pequeños PAS que son un tanto mandón (24,6%) y que solamente quieren jugar a ‘su’ manera, otros que se adaptan a lo que los otros quieren (27,8%), niños que no saben perder, niños que lloran con facilidad (17,6%) y niños que simplemente se niegan a jugar con otros. La mayoría no aguanta juegos ‘violentos’ o con ruido y mientras algunos brillan en juegos de equipo, no pocos en seguida se ponen muy nerviosos cuando tienen que ‘controlar’ todo que pasa en su derredor por recibir más información de la que pueden gestionar. La mayoría de nuestros nenes prefiere tener un solo amigo o una sola amiga (94%) frente a tener un grupo de amigos. Si ese amiguito rompe o afloja la amistad, nuestro pequeño lo puede vivir como un autentico drama y le costará regular la intensidad de sus emociones y sensaciones por sentirse traicionado (18,2%).

La relación entre hermanos también puede ser difícil ( lo es para un 21%) y dar lugar a una necesidad de acaparar la máxima atención de los padres, por ejemplo. Puede haber envidia y competencia.

Comer y comida es otro tema que causa preocupación a los padres (33,3%), e igual que lo que hemos visto con los puntos de ‘dormir’ y de ‘colegio’, pueden ser muchos los factores que causan problemas como, no querer comer comida caliente (38%), no querer probar comida nueva (37%), no querer que se le mezcle la comida (34%), no querer comer verdura (30%)  o carne (17%) no querer comer según qué cosa por textura (29%), sabor (27%), ‘trozos’ (16%) o cantidad, o no querer comer fuera de casa (el comedor del cole es un problema para muchos). Luego vemos temas como: tardar mucho en empezar a comer o en vaciar el plato, no querer comer solo, devolver la comida y, no sorprendentemente, que hay niños a los que les cuesta el tránsito del pecho a la comida sólida… Aquí también vemos que el problema depende un poco de cómo es la forma de ser del niño, de su temperamento, pero de la misma manera puede depender de la atmósfera, el ambiente, alrededor de la mesa, el grado de calma y de respeto, el nivel de ajetreo  o prisas antes de empezar a comer o durante la misma comida, o el ‘tono’ de las conversaciones y el estado emocional de los comensales.

Saber acompañar, acoger y escuchar al pequeño sensible en todas estas situaciones que le producen estrés o malestar, reconocer sus miedos y preocupaciones, es esencial para el buen desarrollo emocional del niño. Requiere atención, dedicación, tiempo y, sobre todo, calma y amor.

Con este artículo casi hemos llegado al final de nuestra serie sobre la encuesta sobre niños con alta sensibilidad. En el próximo y último artículo miramos el tema de las cualidades y los talentos.

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Photo by Annie Spratt on Unsplash

4 comentarios

  • by Patricia Gomez, post on | Reply

    Muchas gracias por este artículo. Me da mucha tranquilidad saber que las rabietas y sueño están relacionados con la AS. La verdad es que a veces no sabemos qué hacer, cómo manejarlas. Lo que hemos aprendido es que tenemos que anticiparnos (aunque no siempre se puede), enseñarle con amor y paciencia a conocer que está cansado y que tiene sueño porque nos hemos dado cuenta que muchas de las rabietas y el descontrol se manifiestan porque está cansado y no quiere dormir siesta, pero explota por algo que en otro momento lo podría manejar con más tranquilidad..en fin nos sentimos acompañados al saber que no somos los únicos y que forma parte del rasgo de la AS. Nos ayuda a buscar herramientas adecuadas y sanas para mi hijo.
    Yo recién descubrí que soy Pas y que mi hijo de 6 años recién cumplidos también, vamos entendiendo el por qué de muchas cosas.
    Mil gracias por este artículo!

    • by Karina Zegers de Beijl, post on | Reply

      mucha gracias a ti, Patricia, por tu feedback.

  • by Graciela, post on | Reply

    Mi nieto de 8 años es PAS. Querría que me proporcionaras algunas heRramientas para facilitar su aprendizaje y su desarrollo en lo social. Su primer crisis sensorial l vivió a loa 4 años y lloró y gritó tapándose las orejas hasta que salimos del pelotero, yo lo reté lo entendí como un capricho, ahora lo maneja mejor pero evita los lugares concurridos , come solo a la hora del almuerzo en el colegio, le cuesta dormir, el aprendizaje no le es fácil ya que si no le sale bien desde el principio lo abandona. Es sumamente amoroso sensible, ama a los animales. Sus pérdidas de control asustan a los maestros y a nosotros . Se escapa del aula cuando no puede resolver algo. Es muy fiel con su amigo y su amiga . Como podemos ayudarlo

    • by Karina Zegers de Beijl, post on | Reply

      Buenos días, Graciela,

      Muchas gracias por su mensaje. Puede ser que su nieto sea un niño con AS, a veces es difícil decirlo ya que el rasgo es muy complejo. Uno de los puntos más importantes es saber si uno de los padres también tiene el rasgo (o ambos, por supuesto). Si los adultos PAS ya son todos diferentes, los niños aun lo son mucho más. Cada niño requiere herramientas distintas, dependiendo de otros muchos factores y temperamentos.

      Le aconsejo consultar la literatura disponible como el libro de la dra. Elaine Aron, ‘La alta sensibilidad en la infancia’, ya que mediante el texto facilitado obtendrá un mayor entendimiento de la personalidad del niño, de sus cualidades y de sus necesidades.

      Un saludo cordial,

      Karina ZdB

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