Septiembre… ¡se nos acabó el verano! La luna llena de ayer, la luna de otoño y de la cosecha, daba el toque final a unos meses de mucho calor y agobio. Queda un pelín de calor, pero casi lo hemos superado.
Aunque la gente que trabaja en el turismo no ha podido descansar, espero que otros sí lo han podido hacer. Pero si miramos las horas del día o como pasarlas de forma equilibrada, vemos en cada uno un tipo de exceso – por mucho que necesitamos las vacaciones y lo bueno que son, si lo miras desde el equilibrio vital, no deja ser un desequilibrio.
Si el día y su noche tienen 24 horas, y si el hombre tiene tres actividades principales, el equilibrio perfecto sería 8 horas de trabajo, 8 horas de ocio/familia y 8 horas de dormir. Ya veo vuestra sonrisa, porque sabemos que la realidad casi nunca se pinta así. Aparte de que en muchos países el horario laboral, aunque oficialmente es de 8 horas, ocupa mucho más horas entre el ir e venir, el horario partido, el trabajo que hemos llevado a casa, etcétera, hoy día tenemos el estrés añadido de La Crisis que hace que tenemos que trabajar más – el empleado porque su jefe lo exige y porque no quiere acabar en la calle, y el dueño de una empresa o el autónomo porque tiene que luchar para mantenerse en el mercado. Lo que esto significa es que tenemos sacrificar horas de ocio/familia y, en muchos casos, horas de dormir. Y como PAS sacrificamos justamente aquello que es lo más importante, aquello que debe ser sagrado.
Sabemos desde el ámbito deportivo que entrenarse demasiado es contraproducente. Un atleta que no hace nada más que entrenarse no llega a mejores resultados, es más, se hace daño. Muchas personas trabajan tanto y con tal intensidad que la salud les presenta factura en forma de ataques de ansiedad, depresión, dolores de cabeza, hipertensión y problemas intestinales. Y si esto nos pasa a todo el mundo, los PAS son los primeros en pagar este precio.
En cuanto rompemos el equilibrio vital, agotamos el cuerpo y la mente. En lugar de ser más creativos y tener la suficiente energía para realizar nuevas ideas, lo que pasa es que nos vemos sin fuerzas e incapaz de pensar en soluciones positivas para hacer frente a los desafíos.
¿Qué podemos hacer? Si me permitís, os quiero dar cinco consejos. Si ya tenéis un buen sistema de vigilar vuestro equilibrio, no cambiéis. Cada uno es diferente, y también en «los sistemas» tenemos que encontrar nuestro equilibrio personal. Esto no pretende ser más que una orientación.
- Considera tus horas de trabajo en término de horas efectivas de trabajo, opuesto a las horas que «pasas en el trabajo.» Sé consciente de tus actividades, y te sorprenderás cuando te des cuenta como en realidad distribuyes – o pierdes- tu tiempo. Famosas trampas son mandar muchos correos electrónicos, pasar mucho tiempo utilizando el Blackberry o móvil para contestar mensajes que no exigen contestación, chats y Facebook o Twitter. Apunta el tiempo que dedicas a este tipo de actividad. El tiempo innecesario que dedicas a esto, es tiempo que te quitas de tiempo productivo en el trabajo o de pasar tiempo valioso en casa.
- ¿Cuáles son tus prioridades? Haz una lista empezando con la tarea más importante, acabando con la de menos importancia. Igual ves la posibilidad de borrar las últimas. ¿Hay algo que puedes delegar? Mientras te mantienes en la postura que todo es una emergencia y que tu eres el único que puede resolverla, estarás todo el tiempo apagando fuegos en lugar de realizar cosas concretas. Concéntrate en lo que es absolutamente necesario, y una vez completada una tarea, puedes empezar con la segunda más importante – y así sucesivamente.
- Haz tu plan. Muchos no tienen un plan, y muchos que sí lo tienen, lo guardan en un cajón y nunca lo vuelven a mirar para ver hasta donde han progresado. Un plan te permite seguir tu progreso y ver si estas en camino de alcanzar tus metas deseadas. Sin plan acabarás abrumado y agotado.
- Si puedes, dedica menos horas al trabajo. Pregúntate ¿qué haría si me veía obligado de trabajar menos horas y siendo más eficaz con el tiempo disponible? Muchos se ven obligados de hacer justamente esto una vez que, por estrés, sufren problemas de salud o cuando su pareja le haya dejado para siempre. Creando esta necesidad antes de que pase algo dramático, te obligas de actuar de una manera más enfocada, eficaz y productiva.
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Busca maneras de maximizar los cuatro pilares de la salud: nutrición, ejercicio, sueño y relajación. Evita demasiado cafeína, y procura no entrar en el espiral negativo de cafeína durante el día, y alcohol y calmante (en todas sus formas) por la noche. Aprende técnicas de relajación, inclusive las de la meditación visual o guiada. Escucha música, aprende a tocar un instrumento o búscate un hobby. Y no olvidemos el ejercicio. Ejercicio repetitivo es ideal para quitarte el estrés, pero muchos PAS prefieren yoga y tai-chi para mantenerse en forma. Y para terminar – nada, pero nada es tan efectivo como dormir bien y suficiente.
Espero que esto os sirve para algo, por lo menos para tomar conciencia de la importancia de cuidarnos y de coger ese espacio imprescindible para cargar las pilas.
Por último me alegro mucho de poder comentaros que en el grupo de Facebook ya somos 80, y que muchos han colgado comentarios en el muro. Siempre intentaré contestar vuestras preguntas, y si las colguéis allí o en los foros, más se podrán aprovechar de los comentarios e ideas. Me gustaría invitar aquellos que todavía no se han apuntado de hacerlo, siempre y cuando siendo concientes de que Facebook, aparte de ser una herramienta fantástica, puede ser una de esas trampas de perder el tiempo.
Os deseo un fantástico mes de Septiembre.
20 comentarios
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