Se da el hecho curioso que, cómo personas altamente sensibles, parecemos haber nacido para la comunicación, aun así en muchos casos nos cuesta. Gracias a nuestro don de percepción captamos mucho más que el mensaje verbal, lo cual es una ventaja en si. Muchos de nosotros tenemos un talento para la llamada inteligencia emocional y la inteligencia sensitiva, pero esto no quiere decir que automáticamente somos maestros de la comunicación. Somos empáticos por naturaleza, pero la misma empatía nos puede hacer una mala jugada. ¿Qué pasa?
Para que una comunicación sea buena, efectiva y fluida, hacen falta dos cosas esenciales: una correcta escucha y la empatía. ¿Qué entendemos por la empatía? Podríamos decir que la empatía es la habilidad para estar consciente de reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás. En otras palabras, ser empático es ser capaz de “leer” emocionalmente a las personas.
Cómo ya dije, somos en general empáticos por naturaleza; una enorme ventaja. Pero hay trampa: la trampa para una persona altamente sensible es “pasarse” de la empatía. Puede pasar –y muchas veces pasa- que empatizamos demasiado, con el riesgo de que la conexión con la otra persona se pierde. “Adelantamos” a la otra persona, y “sabemos” que piensa, “sabemos” que quiere decir. Si esto pasa, no solamente perdemos la conexión con el otro, pero encima nos podemos equivocar, muchas veces porque empezamos a confundir o mezclar la experiencia del otro con algo que hemos vivido personalmente. Con esto se pierde la objetividad y entramos en un estado subjetivo. La conversación se estanca y/o se eleva el riesgo de malos sentimientos.
Al mismo tiempo es aconsejable nunca empezar conversaciones importantes cuando estamos cansados, tenemos hambre, tenemos las emociones a flor de piel, cuando tenemos constancia de que hay poco tiempo disponible y/o cuando sabemos o intuimos que la otra persona está enojada, irritada, cansada, etc. Basta chequear con la otra persona si el momento es bueno, o simplemente quedar para una hora determinada (“Me gustaría hablar contigo sobre el tema X. ¿Cuándo te va bien?”)
¡Qué tengáis un buen mes de mayo!
4 comentarios
Hola! Tuve muchas experiencias de ese tipo, como dices es muy lindo pero cuando uno se satura de tanta intensidad es como dices. Ahora prefiero estar solo, todo el tiempo necesario para recuperarme y no cometer los mismos errores. Es muy hermoso sentir y ver el mundo con más intensidad, también un gran tristeza que a veces la mayoría de las personas no comprendan esto! Un gran abrazo, gracias por la info, Andrés.
qué fantástica realidad, ala que me sumeges. Gracias
No puedo, no hay palabras para decir lo que agradezco esta información.
Un gran abrazo.
Sabina.
Muy buen análisis y mejor descripción. GRACIAS, amiga.