Muchos de vosotros, estimadas personas con alta sensibilidad, en algún momento de la vida habéis dicho frases como: ‘No me siento a gusto en un mundo lleno de agujas, en un mundo hostil’, o, ‘Siempre tengo la sensación que soy de otra planeta’ – cada uno con su variante personal, pero con esa idea de fondo de no encajar. Si así lo vivías antes, en los últimos años y con todo que hemos vivido y estamos viviendo, no me extrañaría si ahora lo sientas mucho más, con más intensidad y, quizás también, con preocupación y ansiedad.
Las reglas de juego cambiaron desde el momento en que entramos en una serie de amenazas muy seguidas que hacía que, poco a poco –para algunos de golpe en golpe- nuestra sensación de vulnerabilidad iba en aumento, por no decir que, para algunos, se disparó. Darte cuenta que nada sigue como antes produce una sensación de derrumbe de la seguridad personal y colectiva, algo que viene reforzado por los mensajes que nos eran y son transmitidos desde los niveles más altos. El mensaje principal era nada esperanzador: ‘Tu vida y la de tus queridos corre peligro. No eres nadie, no puedes hacer nada a nivel personal, los únicos que te podemos salvar somos nosotros y para que todo salga bien para todos, debes confiar en nosotros’.
Puedes ser confiado o desconfiado, puedes creer todo que te dice la autoridad, o puedes tener un pensar crítico y tener, como muchas PAS, una especie de olfato que te dice: ‘Espera, algo no cuadra, me huele mal. Voy a esperar un rato para ver qué es lo que se cuece´. Los primeros son claros candidatos para llegar a sufrir un síndrome de Estocolmo, los segundos se pondrán en acción para investigar y observar. Los primeros regalan su poder a una autoridad, los segundos se van reforzando interiormente. Y luego, claro que sí, hay un grupo muy grande cuyo sentir y pensar fluctúa entre un lado y el otro.
Una de las características del rasgo es la de meditar decisiones, reflexionar sobre ellas y sopesar las consecuencias e implicaciones. Esta actitud, aunque socialmente bastante criticada, nos ha salvado de muchos apuros. Si se trata de decisiones individuales, generalmente no es muy difícil cogerte todo el tiempo que necesitas antes de dar el paso, o no darlo, como en el caso en que las consecuencias no son nada claras. Pero cuando se trata de decisiones colectivas, con presión social y manipulación por parte de la autoridad, la cosa cambia. Ya no es tan fácil. Si, por decidir A en lugar de B puedes perder tus ingresos, el tema de la decisiones se vuelve mucho más complicado. Si te gustan los caprichos y no quieres vivir sin ellos, la tentación te tiente; eres humano, ¿verdad?
Otra característica del rasgo de la alta sensibilidad es que a la gran mayoría no nos gustan los cambios ni las sorpresas. Y si algo hemos tenido que asumir últimamente, es justamente esto: cambios. Desde arriba nos vienen dictando cambios que, por tener implicaciones profundas en el psique y la corporalidad humana, requieren bastante tiempo para ser digeridos e integrados. Tápate la cara, quédate en casa, no puedes ir al curro ni los niños al cole, no puedes estar con la familia ni con tus ancianos, tienes que teletrabajar… La vida de repente en nada se parece a aquello a que estábamos acostumbrados. La presión psicológica iba en crescendo, igual que los mensajes catastrofistas pensados para sembrar miedo que vomitaba la tele. (Espero de todo corazón que no tengáis tele o que, por lo menos, no miréis las noticias). En muchas casas la presión y la tensión llegaron a puntos críticos, causando rupturas y traumas de todo tipo. De los geriátricos es mejor no hablar y, si os soy sincera, es tan horrible y criminal lo que pasó allí, que me faltan las palabras. Eso sí, tener que perder a un padre, a una madre, un abuelo u otro familiar o ser amado sin poder estar a su lado es inhumano. Los ancianos fueron maltratados in extremis, pero todos nosotros también. Y no hace falta que os hable sobre como las PAS vivimos las injusticias, ¿verdad?
Luego, cuando la amenaza del enemigo invisible bajaba de intensidad, no tardaron en regalarnos un sinfín de nuevos posibles terrores apocalípticos para que siguiésemos viviendo en un continuo estado de cautela exagerada. Variantes, apagones, hambrunas, inflación, guerra, escasez de combustibles, secuelas, la enfermedad del mono, incendios, el cambio climático… El tapabocas ya no hace falta (por el momento) y aunque alguno que otro cautivado lo sigue llevando, las sonrisas y los abrazos nunca volvieron llegar al nivel de hace tres años.
Sé de muchas PAS que disfrutaron de la calma y de la paz que vivimos durante los meses de estar encarcelados en nuestras casas, y me incluyo, pero el precio psicológico, y en muchos casos también físico, que pagamos por la continuada peli de horror es muy alto.
Es posible que, cuando en su día tuvimos que elegir, optaste por A y no te tomaste el tiempo para reflexionar e investigar para aplazar la decisión. Es posible que te sintieras presionado y te habían manipulado. Conozco casos, y se entiende. Todos, sin embargo, estamos en el mismo barco y aunque los intentos de separarnos y de sembrar odio entre los unos y los otros siguen activos, propongo que recurramos a nuestras capacidades, a nuestros talentos y valores, a estas características que nos hacen tan diferentes de la gran masa que no comparte el rasgo. Si sabemos que el miedo es la amenaza más grande (muchísimo más grande que aquellos que nos vienen diciendo) propongo que empecemos a trabajar esa emoción. La angustia nos debilita y tiene un efecto directo sobre el sistema inmunológico natural, ese sistema de defensa corporal que está siendo atacado fuertemente por las diferentes sustancias toxicas que nos suministran directa- o indirectamente. El miedo se combate mediante la información (la censura no es algo caprichoso) y a través de los abrazos, las conversaciones, la observación de personas que ya han hecho un trabajo personal. Es importante pasar todo el tiempo posible en la naturaleza. La ansiedad se alivia con una dieta sana y saludable con muchos vegetales y fruta. A través del razonamiento y de la toma de consciencia de todo tipo de opiniones y trabajos investigativos. Observa los intereses detrás de las noticias, detrás de ‘la’ ciencia. Ciencia es, ni más ni menos, discrepar. Habla con personas que tienen ideas y opiniones que difieren de las tuyas, y escucha con una mente abierta. Colócate en un ‘todo es posible’ y un ‘¿qué pasaría si…? Utiliza tu intuición y tu imaginación, estos grandes aliados nuestros. Si reflexionamos tanto, a veces hasta marearnos, utiliza este talento para cambiar los bucles de siempre para bucles nuevos.
Podría escribir un libro sobre este tema, pero esto es un artículo y tengo que limitarme mucho. Limitarme y, también, contenerme. Podemos ser ovejas negras en todos los ámbitos, y somos muchos en muchos ámbitos. Únete con gente que piensa libremente, que se siente fuerte y sin miedo, gente con autonomía interior. Atrévete a hablar sobre ‘el elefante en la habitación’, no mires hacia el otro lado. No, no son las siestas ni el sacudido de los edredones (sí, leído en prensa oficial) que causan –de repente- problemas de corazón ni los abortos espontáneos. Tenemos que hacer piña para combatir la mentira y esa dictadura que nos está viniendo encima si no hacemos algo. Vivimos los tiempos de la lucha entre el Bien y el Mal y espero de todo mi corazón que sepáis elegir la pastilla roja. Sé una auténtica oveja negra en lugar de un borrego.
Igual donde estés, espero poder abrazarte pronto. No a través de la pantalla, no, quiero abrazarte en persona, en cercanía y en fraternidad, compartiendo sonrisas de complicidad.
A lo mejor tienes curiosidad por ver que publico en mi canal de telegram.
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31 comentarios
Me encanta leer esto, menos mal que hay gente despierta.
Cada vez somos más! Un abrazo.
Desde el principio me di cuenta que “algo” no me cuadraba…
Encantada de ser la oveja negra de mi familia (ya menos, pues se han dado cuenta), y de mis ex-amigos…que siguen creyendo el “gran cuento”…
Un fuerte abrazo 🤗 y muchas gracias por todo lo que haces, Karina!
Gracias a ti, Cristina, por tus palabras. Un fuerte abrazo de vuelta!
Gracias, gracias, gracias.
No es signo de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma – Jidd krishnamurti
Es decir, que si un P.A.S se siente como fuera de otro planeta, es porque ese PAS es una persona sana. Asi que va por buen camino
Gran artículo y mucha verdad.
Orgullosa también de ser oveja negra.
Además, el negro me favorece 😉🤣
Muchas gracias, Cristina, por tus palabras. El negro es elegante, creo que favorece a todas las mujeres. Un abrazo.
Hola, soy Alejandra y te sigo. Totalmente de acuerdo y otra oveja negra orgullosa de serlo te saluda!
Me encantó tu artículo. Siempre es bueno saber que uno, a pesar de la distancia, no está solo.
Hola Alejandra, gracias por tu feedback. Te digo lo mismo: gracias a tus palabras (y las de otros que reaccionaron), yo también me siento menos sola. Un abrazo.
Puedo deciros que yo le dije bye a la información de gobierno y noticias. Me dediqué a escribir mi libro que habla del experto «El corazón» estoy apoyando en terapia en mi labor profesional y yo tengo a mi boira llamada tina que es mi néctar de vida, vegetales mucho que menjo, y mi jardín mi espacio. Ahora tengo que regresar a mis visitas con mi amigo un árbol especial con el que tengo un vínculo amoroso y que por la pandemia dejé de visitar…hoy estoy planeando mi regreso en unos días con él…miedo tuve mucho…ansiedad hasta el tope…mucha tristeza…y afecto físico con anhelo de volver a tener…pero voy reponiendo fuerzas…esa oscuridad ya no merma mi espíritu…hoy la guerrera se levanta para buscar la luz que sigue estando ahí aunque no la vi pero que la vuelvo a ver…
Et salute ovnis tae viec luminis um.
Gracias, desde lo más profundo de mi espíritu, en mi caso ha sido devastador ,me encuentro recuperándome en todos los sentidos, me mantiene esa llama que todos llevamos dentro y presto mucha atención a mi intuición, un abrazo para ti, y para la hermosa gente sensible
Gracias, Pilar, por tu feedback. Hay muchas sombras, mucha oscuridad, es totalmente cierto. Temas como la salud física y, más aún, la mental -especialmente ha sido traumático para los niños -, negocios en quiebra, problemas familiares, pérdida de amistades, la división entre unos que sienten y piensan así y otros asá… Al mismo tiempo también veo cosas preciosas, como nuevas amistades, nuevas formas de confiar de una manera mucho más consciente, la creación de nuevos comunidades de personas que comparten la visión… Vivimos una época de una gran transformación de la humanidad y la lucha entre el Bien y el Mal cada vez es más feroz. Te mando un abrazo muy fuerte, lleno de ánimo y de sensibilidad sensible.
Gracias Karina 🙏
A ti. Un abrazo.
Ciertamente son tiempos aciagos. Te agradezco la Presencia. Te abrazo. Te sigo en Instagram cada dia como iaialydia puesto que abrí cuenta para ver a mis nietos que viven lejos.
Un abrazo, Lydia.
Cuanta razón Karina … Yo , desde luego , me he sentido así , manipulada , además de ver cómo los borregos iban en masa aceptando cada noticia nueva , los que no lo veíamos como la mayoría tampoco encajabamos en la sociedad . El cambio del que hablaban se ha visto que ha sido a peor , que pena …
Hola Montse, está claro que somos nosotros que tenemos que vigilar por nuestro bien. No esperemos nada de los otros; ya les hemos visto el plumero. Un abrazo.
Gracias Karina ! Siempre es un alivio ver que no estamos solos ! Somos una multitud pero perdida en la masa ! Ánimo, el tiempo nos dará toda la razón… Es una question de tiempo! Un abrazo calido, esperando el verdadero!🙏💕
Chère Anne! Somos millones, pero mientras que no nos hagamos visibles, es difícil reconocernos en la multitud. Cuánto más nos reconozcamos, más fuerte seremos. Un beso y hasta pronto.
Cuanto tiempo pensando esto y no poder plasmarlo en ni gun sitio porque los demas no nos entienden… un abrazo
Querido Alejo, si nos entiende uno, ya vale la pena. No dejemos que ‘los demás’ controlen nuestro sentir y pensar. Ahora es todo o nada. Te mando un fuerte abrazo y espero volver a verte en el próximo encuentro.
Gracias por compartir tu artículo Karina y por escribir sobre lo que realmente pasamos. Otra oveja negra que te saluda desde la libertad de decidir y seguir adelante a pesar de los desplantes y exclusiones. Muchas gracias por poner palabras a tantas manipulaciones e injusticias. ¡¡Un gran abrazo, Karina!! 🙌🙌🤗😘😘
Querida Rosa, muchas gracias por tus palabras. Seguimos y seguiremos. No aflojemos, no hay tiempo que perder. Algunos se quedarán atrás, pero no porque no hemos intentado incluirles. Cuando quieran volver, les recibiremos con brazos abiertos. Te mando un fuerte abrazo.
Gracias por escribir esto! 🙏🏻 coincido como pas y ser humano que no le gusta ser borrego. Me gustaría al igual un día conocerte y abrazarnos. Por ahora abrazo desde la distancia ☺️.
Gracias, Marcela, por tus palabras. La vida da muchas vueltas, y lo del abrazo, pues, nunca se sabe. Por el momento te mando uno de manera virtual.
Karina te saludo siempre en instagram Acuerdo contigo,siento lo mismo.Vivo en Argentina Cuenta conmigo para difundir y contagiar está manera de ver la vida,el mundo,el presente ,la saludAbrazo de corazón Silvia
Estimada Silvia! Gracias por tus palabras. ¡Contagiemos! Te mando un fuerte abrazo de vuelta.
Gracias !♥️♥️♥️
A ti, por tu reacción. Un abrazo.