En estos días de confinamiento doy muchas vueltas sobre lo que, como personas que nacimos con este talento de la alta sensibilidad, podría ser nuestra aportación a que, una vez que salgamos de esta situación tan extraña, el mundo pueda ser un lugar más humano y humanizado. Me recordé de un pequeño párrafo de mi libro Personas Altamente Sensibles porque lo que escribí allí (en el 2016) tiene que ver con lo que ronda por mi cabeza ahora. En el libro este párrafo se llama La búsqueda del sentido de las cosas, y viene al final, como un resumen de lo que me mueve a trabajar por la comunidad de las PAS desde que, en el 2008, empecé con la divulgación del rasgo en España y se realizaron los primeros encuentros para PAS en mi piso en Madrid (Moratalaz). Haría otras cosas para ocupar mi tiempo si no creyera que ser altamente sensible viene con una responsabilidad moral. Qué cada uno la busque para si mismo, pero espero que estas palabras os puedan inspirar.
Los altamente sensibles solemos ser gente profunda y reflexiva, la superficialidad no es lo nuestro. Lo que nos mueve es la conexión de alma a alma, la compenetración. Nos importan los valores.
Con todo esto no es extraño que muchos de nosotros busquemos y necesitemos sentirnos conectados con algo más grande que nosotros mismos, con la chispa divina, con lo cósmico, con las fuerzas creadoras… Queremos sentir que formamos parte de un Todo Universal. Existen muchos nombres para expresar lo mismo. Utilizamos la palabra «espiritualidad» para dar nombre a una actitud interior, el anhelo que vive en nuestra alma.
Sin esto la vida no tiene sentido. Si te reconoces en lo que acabas de leer, busca los rituales, las prácticas que te ayudan a vivenciar esta conexión con el Amor Cósmico, al cual yo llamo Cristo. Podrías practicar el asombro y la gratitud por todo que te rodea, que es una manifestación de la divina fuerza creadora: maravillarte ante una simple flor es la manera de experimentar algo mucho más grande que tú y que, sin embargo, también forma parte de ti.
Si me preguntan si tiene sentido ser altamente sensible, siempre pienso que los tiros van por allí. Si somos capaces de captar tanta información y especialmente esa información sutil, y a veces también lo no visible y no medible, si somos personas con intuición, con gran capacidad de ayudar, si somos empáticos, si nos importan tanto los valores, si todo esto es verdad, entonces sí, sinceramente estoy convencida de que tiene muchísimo sentido ser PAS.
Vivimos en un mundo duro y con mucha crueldad. La maldad, la fuerza destructiva, cada vez se disfraza de una forma más sutil, intentando apoderarse de la consciencia humana. Nos intentan envenenar el pensar con mensajes que inoculan miedo, pero también despistándonos con cosas que no tienen trascendencia alguna: deportes de masa, la importancia de un físico joven y atractivo, la posesión de más y más cosas. Jornadas laborales largos nos roban la energía que podríamos invertir en la relación con nuestros hijos y la pareja, en aprender y descubrir cosas nuevas, en hacer tareas -por pequeñas que sean- sembrando consciencia y ayudando al mundo. Se dice que la esclavitud ya no existe, pero casi todo el mundo está atrapado en una existencia que tiene todas las características de… la esclavitud. Gran parte de la humanidad está dormida, y no es una casualidad.
El descubrimiento del rasgo de la alta sensibilidad es reciente; solamente hace unos veinte años que Elaine Aron dio con ello. En España es justamente ahora cuando la gente empieza a tomar consciencia de que existe. Vemos cómo cada vez hay más gente que se está despertando, hay más conciencia de los valores que están directamente relacionados con los derechos humanos, los derechos de los animales, y la defensa del medio ambiente. Esto, a mi parecer, tampoco es una casualidad.
Pues sí, ser altamente sensible tiene todo el sentido de mundo. Y, sí, es un talento. Las características positivas de nuestra forma de ser pueden servir para generar una mayor consciencia en el mundo. Es más, lo veo como una responsabilidad.
Si has leído el primer libro de Elaine Aron, El don de la sensibilidad, recordarás que habla del rey que necesita tanto a sus soldados como a sus consejeros. Ambos son igual de importantes, los unos no son mejores que los otros, sino que se complementan. Saber esto es importante. No somos mejores que las no-PAS: no podemos existir sin ellos, ni ellos podrán sobrevivir sin nosotros. También en el reino animal podemos observar comportamientos PAS y no-PAS; ambos grupos son necesarios para la supervivencia de la especie.
Si, para mí está claro que, en el ámbito social, la tarea de las PAS es velar por todos aquellos valores que hacen que el ser humano pueda vivir con dignidad. Sé muy bien que es difícil superar los miedos y salir de la zona de confort. Sin embargo, entrar en acción no tiene por qué ser tan complicado. Podemos empezar con iniciativas pequeñas como consumir productos locales y procedentes del comercio justo, podemos consumir productos bio, tener nuestro propio huerto, elegir un banco ético que no invierta en el tráfico de armas ni en fármacos nocivos… Tampoco cuesta nada reciclar, comprar no más de lo que necesitamos en lugar de consumir a lo loco. Podemos hacer muchísimas cosas pequeñas como, por ejemplo, aplastar los envases antes de llevarlos al contenedor para que quepan más y se necesitan menos camiones para vaciarlos, dejar el coche cuando sea posible y optar por el transporte público o coger la bici… Cada granito de arena vale la pena y siempre es mucho mejor hacer lo que se pueda que esperar a que el sistema arregle las cosas. Quien actúa para que el mundo sea un lugar mejor, no sentirá víctima. Conviene despertar y responsabilizarnos del futuro de este mundo del que formamos parte; toca reconocer que ser PAS no es tanto un inconveniente como un instrumento, una capacidad, para poder sembrar consciencia y para poder cambiar las cosas. A lo mejor te asusta leer eso, pero te digo que me sale del corazón porque lo vivo de esta manera. Es posible que todavía no te sientas preparado, y lo entiendo. Pero puedes empezar aprendiendo sobre el rasgo, conociéndote mejor, trabajando los aspectos de tu personalidad que necesitan sanar para empoderarte y manifestarte como el ser maravilloso que eres.
Llegar a conocerse a uno mismo y corregir esas facetas que nos impiden crecer es necesario. Sé que es un trabajo duro que, encima, nunca acaba; sé que requiere mucha voluntad y paciencia, pero ¡hay que hacerlo! No somos un capricho de la naturaleza, para nada. El creciente conocimiento de nuestro rasgo marcha en paralelo a la necesidad de que se defiendan los grandes valores. Yo me siento llamada, ¿tú también?
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9 comentarios
Buenas Tardes:
Supe que era persona altamente sensible hace unos 4 años y desde ese momento mi vida es mucho más fácil, tras la lectura de sus libros y estoy aprendiendo a conocerme, respetar mis límites y a valorare más, me gustaría saber si me pueden recomendar algún curso de formación, postgrado etc, sobre coaching para personas altamente sensibles y así seguir en mi camino de crecimiento personal; muchas Gracias.
Hola, estoy aqui porque necesito consejos sobre como hablar con una persona sensible, es una persona importante para mi y quiero poder ayudar siempre, a veces soy muy directa, eso la lastima por lo consiguente se vuelve insegura y ansiosa. Yo en lugar de ayudar siento que solo perjudico, si pudiera leer o informarme mas me ayudaria bastante. Gracias
Hola Alex,
Gracias por tu mensaje. Para los dos os recomiendo la CNV, la comunicación no violenta. Lo encontrarás en artículos de este blog (ponlo en el buscador) o directamente yendo a google o similar, poniendo Marshall Rosenberg y/o comunicación no violenta. Ten en cuenta que la otra persona tendrá que hacer de su parte, ya que la mayoría de las PAS suelen tener que aprender mucho sobre como comunicar… Un abrazo.
Cuento del colibrí y el incendio.
Muchas gracias, Karina, tus palabras reconfortan y animan. Al leerlas me viene a la mente un cuento indígena que recomiendo. Se trata del «cuento del colibrí» que, siendo tan menudo, hace su parte. Un saludo afectuoso.
Gracias, Marta. Un abrazo.
Hola, soy Lidón y hace unos cinco años que a través de un reportaje de la televisión supe del rasgo PAS y sentí que hablaban de cosas que a mí me pasaban…Me sentí totalmente identificada….he leído el libro de la doctora Elaine y el suyo y siento que me han ayudado muchísimo a entenderme y a entender en general….mi pregunta viene porque hace dos días vi una conferencia de un neuropsicólogo y decía que en la infancia las personas que hemos sufrido bastante solemos ser vulnerables y eso hace que nos afecten más las situaciones que vivimos y lo que sentimos….definía rasgos que también se refieren a las personas altamente sensibles….y por eso esta pregunta….Creo que es a lo que se refiere la doctora Elaine Aron en el libro de la alta sensibilidad «….de no confundir el neuroticismo con la alta sensibilidad…» podría por favor explicar la diferencia…o como verlo en nosotros. Muchas gracias por todos sus artículos y todo lo que aporta a la alta sensibilidad.
Hola, buenos días!
Es una buena pregunta. La investigación de Michael Pluess ha hecho visible que, mientras que todos los niños llevan secuelas de una infancia mala, dolorosa hasta traumática, pero que los niños que tienen el rasgo de la alta sensibilidad, sufren más y más adelante tienden a sufrir mucho más de ansiedad y de depresiones. La buena noticia es que estos pequeños PAS también resultan ser más resilientes y que responden mucho mejor a la terapia, incluso se pueden auto-ayudar con libros de autoayuda. Pluess llama esto susceptibilidad diferencial. Puedes encontrar su trabajo en google scolar, pero tambien en la web de la dra Elaine Aron, hsperon.com, bajo la pestaña de ‘research’. Un abrazo.