En los últimos días me llegan frases de este tipo… “Soy PAS, y no puedo con este mundo. La gente no me entiende”. O, con este variante “Buenos propósitos no me faltan, pero tal como está el mundo hoy en día, me es imposible cumplirlos”.
Echando culpas. Dejando toda la responsabilidad en manos de otros, para nada responsabilizándote por la parte que te toca. ¿No tiene que ver contigo? Pues sí, lo siento, casi siempre tiene que ver con uno mismo… A lo mejor no cien por cien, pero de alguna manera llevas una medida de responsabilidad en todo que está ocurriendo.
Ojo, no digo –ni diré- qué eres culpable. La culpabilidad es un concepto igual de tóxico como el de echar las culpas fuera.
Culpa versus responsabilidad
“Culpa” tiene dos lados. Creer que nada es tu culpa y que el mundo en si es culpable de tu situación, es uno. El otro lado es que tú mismo te declares (y te sientes) culpable.
- En el último caso, el de auto-culparse, es importante que te preguntes sobre la medida en qué llevas una partede responsabilidad en una determinada situación. Es importante hacerlo sin echarte la culpa o aumentar un (eventual) sentimiento de culpabilidad ya existente. Si te echas la culpa, automáticamente te quitas autonomía. Mientras si asumes responsabilidad, sin embargo, te colocas en una posición de autonomía personal, y te haces dueño de la situación. Y no solamente esto, ya que también ocurre lo siguiente: En el momento en que te declaras culpable de algo, le quitas a la otra persona la posibilidad de asumir su partede la responsabilidad. O sea, lo que aparentemente parece ser un acto de “amor” en el fondo es un acto con el cual desvalidas a la otra persona, quitándole poder, y ambos salís perdiendo. Incluso iría tan lejos de calificarlo como un acto de agresión pasiva…
Cómo PAS te puede pasar que, para quitarte encima un supuesto follón y evitarte una discusión a lo mejor emocionalmente difícil, optas por el camino más fácil y digas algo como: “Vale, ya, es mi culpa. No tenía que haberlo hecho”. Mientras que esto, lo de “no tenía que haberlo hecho” puede ser verdad, no significa que algo sea tu culpa. Más correcto sería preguntarte ¿Qué ha pasado, por qué y cómo ha ocurrido?, sentirlo y decir: “Siento haberlo hecho. Estaba cansada (o lo que sea) y no supe controlarme”. De esta manera no se trata de culpa, sino de tomar responsabilidad y dejas el diálogo abierto para que la otra persona pueda asumir su parte de la situación. Entonces, podría ocurrir un diálogo de este tipo: “Es verdad, me habías dicho que habías tenido un día complicado, y yo te machacaba con el tema X. Lo tenía haber tenido en cuenta…” Cada uno asumiendo responsabilidad, cada uno quedándose con su parte, cada uno quedándose con su dignidad.
- Ver tu entorno como el origen de tus problemas, echar la culpa fuera, es otra cosa que te quita poder. De hecho, en seguida te colocas en la posición de víctima, con todas las consecuencias de ello. A lo mejor pretendes emitir señales de “socorro”, pero cuando alguien intenta echarte un cable, existe la gran posibilidad de que no te apetece nada cogerlo. De hecho, el papel de víctima es un papel muy cómodo ya que no tienes porque salir de tu zona de confort. Te das pena y encima llevas el sello de persona buena… Casi no hay actitud más tóxica hacia uno mismo. Tristemente es una actitud que veo bastante en el mundo PAS. Es como si el “nadie me entiende” fuera la excusa perfecta para no tener que entrar en acción. Mi pregunta suele ser: Y tú, ¿qué haces para entenderlos a los otros?
Todo el mundo comete errores y nadie es perfecto. Cometer errores incluso es algo positivo ya que podemos aprender de ellos, y aprender algo iguala a crecer como persona. Asumir responsabilidad y saber perdonar (tanto a ti mismo como a la otra persona) forma parte de la técnica de resolución de conflictos. Asumir responsabilidad suele ser el primer paso necesario para entrar en acción. Y si quieres cambios en tu vida, no puedes esperar hasta que el mundo actúe.
Todos queremos crecer y avanzar en la vida, y cuanto antes sepas librarte de esos sentimientos de culpa propia o ajena, más podrás crecer y evolucionar. El hecho de que tomes consciencia de tu parte en un conflicto y de la parte que no te corresponde, te hará más dueño de tu destino. Repito: echando la culpa fuera, te quita el poder, te roba de tu fuerza personal y te coloca en una situación de un ser paralizado y victimizado.
Si piensas que no avances en la vida es por culpa de los otros, si crees “que nadie te entiende”, te aconsejo cambiar de postura. ¿Cómo? Pues, para empezar te puedes hacer una serie de preguntas, por ejemplo:
- ¿Qué he hecho yo para que me entiendan?
- ¿Realmente quiero que me entiendan, o me conviene seguir creyendo que depende de los otros para no tener que salir de mi zona de confort?
- ¿Qué he hecho yo para entender a los otros?
- ¿Realmente quiero entender a los otros, o me conviene no entenderlos para evitar tener que entrar en acción?
- ¿Hay algo más que pueda hacer?
Te invito profundizar en cada una de estas preguntas y, si puedes, apuntar lo que vas encontrando. Reflexionar sobre el propio comportamiento, ver y reconocer patrones para cambiarlos si toca y tomando responsabilidad, son pasos importante en cuanto al autoconocimiento y el desarrollo personal y, entre otras muchas cosas, ayudarán a levantar la autoestima y sentirte más en paz con el entorno, con aquellos que no te entienden…
La sensibilidad, lejos de limitarte, te puede proporcionar las alas que te permiten vivir tu vida plenamente. Si quieres saber todo sobre el rasgo para poder descubrir de qué manera se manifiesta en tu ser, si buscas herramientas, ideas y consejos, te recomiendo mi último libro: Personas altamente sensibles.
Artículos relacionados:
9 comentarios
Me parece muy interesante, estoy en bucle por mis relaciones con las personas más próximas e intentaré aplicar tus consejos, a ver si salgo de ahí, porqué estoy bastante desesperanzada. Gracias
Mi opinión es que expresas perfectamente la importante diferencia entre Responsable y Culpable, y el nadie me entiende… He pasado por esas actitudes y aún lo hago pero me ayuda mucho el poder de la palabra. Me ha ayudado y es un post positivo, que nos veamos reflejad@s es seguir apoyando. Gracias y un abrazo Karina.
Gracias a ti, Maria, por tu feedback. Un gran abrazo de vuelta.
no estoy de acuerdo con todo, siento que nos hechas la culpa por mas que lo niegues
Buenos días, flecha verde, gracias por su feedback. Lamento mucho su interpretación de mis palabras, la verdad. Evidentemente, soy extrajera y el castellano no es mi idioma materno, con lo cual a lo mejor no me expreso bien. Pero, mire, no echo culpa a nadie, nunca. La culpa es un concepto muy cargado, y más aún en un país donde el catolicismo juega un papel importante en la educación. No, no echo culpas a nadie, y menos a gente normal que no hacen nada para dañar a otra persona. Lo único que digo es que tenemos que responsabilizarnos por el hecho de que nuestra manera de reaccionar no es ‘estándar’. Somos nosotros que tenemos esa responsabilidad, ya que aquellos que no comparten el rasgo, no podrán entendernos nunca. O bien, nos responsabilizamos, nos empoderamos, trabajándonos para encauzar el rasgo para que sea algo positivo (siempre teniendo en cuenta las pautas para el autocuidado) o, sino, seguiremos quejándonos por un mundo que no está hecho a nuestra medida. Y todo esto lo digo porque es un camino que he andado personalmente, y como yo, muchas y muchos más. Le mando un abrazo con mucha luz.
Buenas tardes Karina. Quería agradecerte. En youtube te encontré y terminé comprando tu libro. Soy PAS y me encanta la forma en que nos inspiras, a tomar acción, a no quedarnos en la posición de víctimas, a salir de nuestra zona de confort y asumir nuestra responsabilidad. Es refrescante y empoderador. Y me ayuda a poder ayudar a otras personas que lo necesitan. Gracias de nuevo. Estaré pendiente de tus publicaciones.
Hola Mimy, gracias por tu mensaje y tus palabras. Me alegro mucho por tu descubrimiento del rasgo. Un abrazo.
Encore milles fois merci.
Très aidant, très dynamique, une lecture à méditer de façon active.
Bien à toi Karina.
Arielle 🤔
Un beso, Arielle. Siempre hay trabajo, ¿verdad? 🙂