Esta vez me gustaría compartir con vosotros algo que he aprendido en un curso al que asistí el pasado mes. El curso era impartido por mi amiga Margarete van den Brink, una coach/consultora a la que admiro mucho, y a quien ya he mencionado varias veces.
El taller tenía como tema el trabajo en grupo – desde el grupo más pequeño (la relación) hasta grupos de trabajo o a nivel organizativo.
Unas de la cosas que me llamaron la atención era como, si trabajas con más personas, es muy importante tener en cuenta y de ser conciente de que cada uno de ellos se encuentra en un punto distinto de su desarrollo personal. Si, tanto como humanidad en su totalidad, como en plan personal, nos estamos desarrollando desde una situación en que todos obedecemos a los órdenes de un pater familias o a un jefe en el trabajo (una situación autocrática), pasando por el crecimiento del ego a una fase en que todos seremos iguales y se llega a crear una especie de hermandad, está claro que en el contacto interpersonal se harán patentes situaciones de «desfase».
Una persona más desarrollada tendrá dificultades hablando con una persona menos desarrollada. Y al revés. Todos conocemos esta sensación de hablar con alguien pero que no hay entendimiento posible, como si cada uno hablara un idioma distinta. Es más que probable que, cuando esto pasa, se trate de una situación de desfase, y es evidente que este tipo de situaciones puede, con gran facilidad, llevar a malos entendimientos hasta conflictos.
Para evitar problemas es muy importante de siempre chequear que cada uno haya entendido bien aquello que se ha hablado u acordado. En este sentido no es suficiente preguntar: «Me has entendido?» Si preguntas esto, no puedes saber que es lo que ha entendido la otra persona! No basta con suponer que el otro te haya comprendido. La pregunta correcta sería: «¿Me podrías decir qué es lo que has entendido?» Si se da el caso de que la persona te dice otra cosa de que lo que, según tu, le habías trasmitido, puedes corregirle hasta que tengas la seguridad de que verdaderamente te haya entendido. Solamente así puedes estar seguro de que habéis «hablado el mismo idioma». Es mejor perder unos minutos para asegurarte, que luego tener que resolver una situación desagradable.
En este sentido es muy importante vigilar tus conversaciones. Sobre todo en situaciones laborales, donde menos conoces a la gente y no puedes saber donde se encuentra en su evolución personal, hay que tener mucho cuidado con los acuerdos. Chequear y re-chequear, y por supuesto también al revés, si alguien te dice algo y quieres estar seguro que le has comprendido bien a esa persona. «He entendido que me has dicho equis, ¿es correcto?» Puede parecer una tontería, pero si pensáis un poco, seguro que os dais cuenta que muchos de las confusiones se basan en no entender bien aquello que se ha dicho o acordado, o sea, en el hecho de que aparentemente hablamos el mismo idioma, pero que nuestra forma de acoger y entender aquello que se nos diga, es distinta y depende del «filtro personal» de cada uno, altamente sensible o no. Y a lo mejor no os sorprende cuando digo que, como PAS, en general tenemos mucho más filtros que los demás, con lo cual se nos pasa muy a menudo que nuestra interpretación de un mensaje no tiene nada que ver con la intención de la persona que nos decía algo.
Por lo demás, no olvidéis de echar un vistazo de vez en cuando en nuestra página de grupo en Facebook, porque allí hay bastante información colgada: Sé que la alta sensibilidad es un don, pero no siempre es fácil
No olvidéis tampoco de echar de vez en cuando un vistazo al la página «libros» de mi web de personas altamente sensibles donde podéis conseguir muchos libros interesantes (incluso el libro de Elaine Aron sobre la Alta Sensibilidad) con descuento.
Nada más que deciros que espero que estáis disfrutando de un bonito otoño o una estupenda primavera, dependiendo del lugar donde estéis.
One Comment
si que cosas ami eso me paso la otra ves, si hubiera desde un principio dicho que algo me molestba, hubiera todo sido mas facil